Calcata, en la provincia de Viterbo, se encuentra a 50 km al norte de Roma sobre el valle del río Treja. En la década de 1930, el centro fortificado fue condenado por el gobierno que temía que los acantilados volcánicos colapsaran. En la década de 1960, el vacío centro histórico comenzó a ser repoblado por artistas y hippies que se acomodaban en sus piedras medievales.
Según las leyendas, en 1527 un soldado del ejército alemán saqueando Roma saqueó el Sanctum Sanctorum. Tras ser capturado en el pueblo, escondió en su celda el relicario enjoyado que contenía el Santo Prepucio, donde fue descubierto en 1557 y oficialmente venerado por la Iglesia Católica desde entonces, ofreciendo una indulgencia de diez años a los peregrinos.
Calcata se convirtió así en un lugar popular de peregrinaje.