Entre 1797 y 1799 más de mil sacerdotes fueron condenados a transporte en la Guayana Francesa, porque se negaron a prestar juramento a la Constitución Civil del Clero (Constitución Civile du Clergé), para permanecer fieles a Cristo y a su Iglesia. Estos sacerdotes eran de varias diócesis de Francia y Bélgica, y es de Rochefort que se embarcaron para la Guayana Francesa.
La primera prisión apareció en Sinnamary, cuando la Francia del 18 fructidor deportó sin juicio a opositores políticos, intelectuales, sacerdotes. Entre estos deportados estaban: Barbé-Marbois, Tronson Ducoudray, el marqués Barthélémy, el general Pichegru, el abad Brottier, Laffont Ladébat, Murinais, Billaud-Varenne et Collot d’Herbois.
El 18 de noviembre de 1799, un decreto de Napoleón puso fin a la deportación, pero recién el 7 de enero de 1800 llegó a la Guayana Francesa. El decreto permitió el regreso de los sacerdotes condenados en Francia, lamentablemente solo quedaban noventa. Un sendero conduce al Cementerio de los Padres (Cimetière des Pères) a lo largo del Counamama.